La psicología como la ciencia del comportamiento puede aportar evidencia para que los
padres de familia , hijos u otros miembros del sistema familiar puedan determinar por si
mismos la importancia de reconocer y de balancear algunos de los vacíos , estragos o
vestigios en la salud emocional que ha causando el COVID , igualmente en otras líneas
sociales los tomadores de decisiones (Jefes, personal de recursos humanos,
consultores) puedan incorporar y tener a la vista el factor psicológico en los
diagnósticos, planificaciones e intervenciones publicas y privadas. Dentro de este
marco presentamos una revisión de hallazgos recientes desde la psicología que
pueden aportar al abordaje de situaciones diferenciadas causadas por el coronavirus.
La salud psicológica consiste en la predominancia –al menos el 60% del tiempo– del
estado de balance y armonía en el cual una persona o una colectividad: Se sienten
libres y, por tanto, tranquilos, serenos y contentos. Son autónomos: tienen su propia
estructura valorativa y normativa, que puede o no coincidir con la de otros; Avanzan en
sus aspiraciones, canalizando sus deseos en planes y acciones efectivas; Sienten que
están viviendo satisfactoriamente al menos en un 60% durante un plazo mínimo de seis
meses (presente psicológico).La enfermedad psicológica es lo contrario: no sentirse
libres y por ello no poder estar tranquilos ni serenos; perder la sensación de autonomía
y estar supeditado a las decisiones y normas externas; frustración por no poder
avanzar en los planes y proyectos; insatisfacción con lo que se está viviendo más de un
40% del tiempo. El análisis simple de estos hechos muestra que, a efectos de la salud
publica, la gravedad no es únicamente el virus en sí mismo, sino la rapidez de contagio
a la población y la llegada a los grupos de riesgo en poco tiempo, lo que conlleva a una
inadecuada capacidad de respuesta de los servicios de urgencia ante una alta
demanda en poco tiempo. En el caso de la pandemia generada por el COVID-19, la
evidencia ha mostrado que, independiente de la etapa de exposición al virus en que
pueda estar una persona, ya sea en cuarentena, al haber estado expuesta, en
aislamiento, al ya estar infectada, bajo una situación preventiva de distanciamiento
social, o bien post alta del virus, todas las medidas preventivas sugeridas incorporan
medidas comportamentales.
Históricamente han existido enfermedades similares al Coronavirus como el Síndrome
Respiratorio del Medio Oriente (MERS por sus siglas en ingles) y el Síndrome
respiratorio agudo severo (SARS por sus siglas en ingles), de las que podemos extraer
evidencia importante para entender mejor el Covid-19 y mejor aun, intentar sacar
conclusiones que permitan predecir las demandas para la salud en general y la
psicología en particular. Pero sin lugar a duda es probablemente la infección
respiratoria que ha causado más impacto y daño internacional en las ultimas década.
Todo provocado por la capacidad y velocidad de reproducción para llevarse la vida de
miles de personas en cada rincón del planeta .El Coronavirus es un organismo
microscópico , que no llega a ser una célula, pero que se acopla con algunas de las
células humanas, usándolos como medio de transporte, poniendo a prueba sus
leucocitos y retando a que las personas se vuelvan inmunes antes de brincar a otro
cuerpo a través de diminutas gotas de saliva o mucosidad que personas contagiadas
emiten al hablar, toser o estornudar. En muy pocos meses, el coronavirus se diseminó
en todo el planeta, trastocando bruscamente la manera de vivir de 7,800 millones de
seres humanos y una de las dimensiones seriamente afectadas ha sido la salud
emocional de las personas.
Debido a lo reciente de esta experiencia humana de pandemia no se tiene completa
evidencia disponible, sin embargo, ya especialistas reportan una serie de reacciones y
estados psicológicos observados en la población, incluyendo efectos en la salud mental
(Torales, O’Higgins, Castaldelli-Maia & Ventriglio, 2020). Así, Shigemura, Ursano,
Morganstein, Kurosawa & Benedek, (2020) que resalyan las primeras respuestas
emocionales de las personas incluyen miedo e incertidumbre extremos. Por otra parte,
y dado el miedo y percepciones distorsionadas de riesgo y consecuencias dañinas se
informa de comportamientos sociales negativos. Estos estados y conductas pueden dar
pie a problemas en salud mental publica incluidas reacciones de angustia (insomnio,
ira, miedo extremo a la enfermedad incluso en personas no expuestas), y de
comportamientos riesgosos para la salud como mayor uso de alcohol y tabaco y
aislamiento social), trastornos específicos como trastorno de estrés postraumático,
trastornos de ansiedad, depresión, y somatizaciones.
Estos últimos síntomas y la necesidad de intervenciones terapéuticas son igualmente
recomendables para niños (She, Yanq, Wang et al., 2020). Un efecto similar lo reportan
Li, Wan, Xue, Zhao y Zhu (2020), quienes estudian los mensajes enviados de Weibo
(sitio web chino de redes sociales) antes y después de la declaración del COVID-19 el
20 de enero del 2020, encontrando que las emociones negativas como la ansiedad, la
depresión y la indignación, así́ como la sensibilidad a los riesgos sociales aumentaron,
en tanto disminuyeron las emociones positivas (por ejemplo, la felicidad) y la
satisfacción con la vida. En general encontraron que las personas se preocupaban más
por su salud y su familia, y menos por el ocio y amigos.
Adicionalmente La recesión económica y el crecimiento elevado en las cifras de
desempleo y de cierre de empresas pequeñas y medianas, se tradujo también en
tensión emocional, frustración, depresión y desesperación; las que, a su vez, han
dañado las relaciones interpersonales y han provocado rivalidades exaltadas en los
diversos ámbitos y niveles de la vida social.
De tal manera que aprender o fortalecer la manera de hacer frente a esta situación tiene que ver
con la iniciativa y participación en procesos y métodos que contribuyan a la resiliencia humana
desde el acompañamiento psicológico , la terapia en grupos , o terapia mamilar y de parejas
estas diferentes vertientes permiten enriquecer la manera de ver el mundo sus circunstancias ya
que el enfoque profesional brinda otro tipo de insumos de gran utilidad , adicionalmente también
la medicina complementaria , Reiky, meditación, , mindfulness , hipnoterapia, coaching etcetera
brindan otras perspectivas sobre la existencia propia y las nuevas metas que después de esta
pandemia empiezan a florecer brindando formas de alcanzarlas y de apoyarse a si mismo.